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Kuala Lumpur: la metrópolis de Malasia

Si Malasia, como hemos dicho en post previos, se caracteriza por la mezcla de culturas, su capital Kuala Lumpur no es menos. Es una gran metrópolis asiática que integra a la perfección la más sofisticada modernidad con una diversidad cultural impresionante.

Hay que decir que no lo ponen fácil para los peatones ya que carreteras de seis carriles y pasos elevados entrecruzan la ciudad de un extremo al otro. Además, los pavimentos están bastante destrozados y muchas veces son inexistentes. Esto, junto con el trasporte público deficiente y el calor tropical sofocante, nos ha llevado a tomar Kuala Lumpur como punto de tregua turística y descanso.

De todos modos, en la semana larga que hemos estado en la ciudad, también hemos tenido tiempo para investigar y visitar los lugares más emblemáticos.

Nos hemos alojado en la zona del Triángulo de Oro, mediante airbnb, en un apartamento muy cómodo con todas las facilidades que hemos podido echar en falta lo que llevamos de viaje. Muy cerca, se alzan, imponentes, las Torres Petronas, símbolo indiscutible de la ciudad. Oficina central de la compañía nacional de gasolina y gas del mismo nombre, fue un arquitecto argentino el que diseñó estas torres gemelas revestidas de acero con abundantes referencias árabes. Hicimos la visita a la planta 86 de una de ellas (tienen 88 plantas) para admirar las vistas sobre la ciudad desde las alturas.

En la misma zona se encuentra la torre de telecomunicaciones Menara KL que es posible también subir (nosotros no lo hemos hecho), el recomendable aquarium y como no, incontables centros comerciales con el aire acondicionado a toda potencia.

El centro neurálgico de la ciudad es la plaza Merdeka, plaza donde se declaró la Independencia y se bajó la Union Flag para izar por primera vez la bandera de Malasia en 1957. Anteriormente era lugar de recreo de la alta sociedad británica pues constituía el campo de cricket del Selangor Club. Alrededor hay varios museos y edificios gubernamentales, entre ellos el más famoso el Edificio Sultán Abdul Samad; inspirado en la arquitectura mogol de la India, fue uno de los monumentos más importantes construido por los británicos en KL.

Desde aquí se extiende hacia el sur la caótica Chinatown, con su máximo esplendor en Petaling Street. Puestos de comida callejeros, restaurantes, mercados diurnos y nocturnos dan vida a este barrio vibrante. Muy cerca, se encuentra Little India con sus templos, su música, sus olores y sus colores.

En pocos minutos caminando el entorno vuelve a cambiar. Tan pronto te sorprendes con la antigua estación de tren KL, un bonito edificio colonial de inspiración morisca y mogol, como te topas con la gigantesca mezquita Masjid Negara. Centro de culto principal para los musulmanes malayos impresiona esta gran construcción inspirada en la Gran Mezquita de la Meca pero con curioso estilo moderno.

Subiendo la colina, se encuentran varios museos y atracciones como el planetarium, el Museo de Arte Islámico, el Museo Nacional, criadero de mariposas, jardines de orquídeas o hibiscos o el parque de aves que fue lo que nosotros visitamos. Todo esto en el entorno del inmenso parque Lake Gardens Park.

En busca de un poco más de naturaleza, lejos del asfalto, es muy recomendable la excursión a las Cuevas Batu. Están bien comunicadas en tren desde la estación central de KL, a 13 kilómetros de la ciudad. Una estatua dorada enorme de Muruga, dios hindú de la guerra, preside el entorno. Tras subir 272 escaleras amenizadas por los astutos monos se llega a su templo en el interior de una gran gruta, el Temple Cave. Aquí se celebra cada año en enero o febrero una fiesta hinduísta donde millones de peregrinos se perforan el cuerpo de las maneras más sádicas y desagradables, el Thaipusam.

Casi al final de las escaleras se encuentra la entrada a otra gran cueva, la Dark Cave. Merece la pena su visita. Es un espacio protegido ya que acoge a miles de murciélagos de dos especies diferentes, serpientes y la poco común araña Liphistius batuensis. Es obligatoria la visita guiada a lo largo de sus grutas y túneles.

Para terminar pero prácticamente lo mejor de la visita a Kuala Lumpur ha sido conocer a un grupo de locales que nos han enseñado los mejores platos y lugares de noche de KL.

 

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