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Buscando mar y playas en Tailandia: Ko Tao

Desde Krabi tres horitas de autobús y otras tres de ferry para volver a pisar otra isla inolvidable: Ko Tao.

Al este del país, en el golfo de Tailandia, se encuentra esta isla, cercana pero a la vez muy  diferente de sus islas vecinas Ko Phangan y Ko Samui. Ko Tao, o lo que es lo mismo la «Isla Tortuga», está habitada por humanos apenas desde hace 70 años (antes lo estaba por tortugas) y recibe turistas desde los años 80. Es muy pequeñita, de largo no llega a los 8km, su parte más ancha mide 3.4km y está dividida en tres pueblos: Mae Haad y Sairee en la costa oeste y Chalok Baan Kao en el sur. Ko Tao es abrupta, salvaje y con un arrecife de coral que abarca 8 km.

Si Railay era el paraíso para los escaladores, Ko Tao lo es para los submarinistas. La belleza natural de la isla se extiende bajo el agua con deslumbrantes arrecifes de coral y abundante vida marina en unas aguas claras y tibias. Por eso no es de extrañar que hoy en día se haya convertido en lugar de referencia para probar o perfeccionar el submarinismo; resulta barato sumergirse y/o titularse en esta actividad ya que la competencia de escuelas de buceo es alta. Hay muchísimas pero es bueno conocer algunas de las que imparten los cursos en castellano, como La Bombona en Mae Haad o Pura Vida en Sairee.

Nosotros, durante nuestra visita a la isla nos hemos alojado en diferentes zonas. Primero en Aow Leuk, que significa «Bahía Profunda». Al sur de la isla se encuentra una preciosa playa de arena blanca con aguas turquesa y arrecife de coral en ambos lados de la bahía. Varios bungalows desperdigados entre palmeras miran hacia el mar con la «Shark Island» al fondo. En este idílico lugar hemos pasado las horas descansando al sol, leyendo a la sombra, refrescándonos en el agua…

Unos días después, nos hemos trasladado al pueblo de Mae Haad, más cerca del ambiente de buceo y la animación nocturna.

Hemos disfrutado haciendo snorkel y visitando las diferentes playas y miradores de la isla. La moto es el medio de transporte elegido por la mayoría de turistas; es perfecta por las distancias que hay que recorrer y la independencia que proporciona. De todos modos, creemos que Ko Tao no es el lugar para cogerla por primera vez ya que la mayoría de carreteras y caminos no se encuentran en buen estado y a veces las pendientes hacia las playas requieren bastante habilidad conduciendo. Además hay playas y bahías prácticamente inaccesibles por tierra con lo que en estos casos se puede coger un «taxi boat» o visitarlas en circuitos en grupo.

Como siempre, los tailandeses nos han acogido con su hospitalidad y sonrisa interminables. Respecto a la comida, seguimos deleitándonos con sus sabrosas y saludables sopas, ensaladas, mariscos, currys, arroces, noodles, batidos de fruta… Definitivamente, Tailandia nos fascina.

Volvemos a Krabi para seguramente de ahí ir moviéndonos hacia el sur. Hasta pronto!

Buscando mar y playas en Tailandia: Krabi

Nuestro primer destino playero ha sido la provincia de Krabi, al suroeste de Tailandia, en la costa de Andaman. Hemos llegado muy fácil y rápido desde Bangkok en avión, por muy buen precio además con la compañía de bajo coste Air Asia.

Esta provincia tropical del sur alberga varios parques nacionales y numerosas playas de arena blanca y aguas turquesa. Las destinaciones más populares son el Parque Nacional de Hat Noppharat Thara – Mu Ko Phi Phi, Ao Nang, Railay y Ko Phi Phi. Sin embargo, si se investiga un poco más, es fácil descubrir montones de lugares paradisíacos, menos conocidos pero a su vez impresionantes. De hecho, la provincia incluye 80 islas menores que se pueden explorar.

Algo que nos ha llamado la atención es la cantidad de musulmanes en la zona. Únicamente el 4% de los tailandeses siguen esta religión, pero parece ser que la mayoría emigraron desde Malasia a las costas del sur para trabajar como pescadores. Es por esto que abundan las mezquitas en Krabi, la comida halal y todas las normas y costumbres de esta población.

El pueblo de Krabi, la capital de provincia, no tiene muchos atractivos. Es pequeño, abarrotado de hostels, restaurantes occidentales y bares. No tiene ninguna playa que merezca la pena y por las noches resulta realmente ruidoso. De todos modos, es punto de llegada y partida de viajeros ya que posee aeropuerto y salida de ferris y autobuses a numerosos lugares. Cabe destacar el «Night Market», en el que se puede degustar comida auténtica y barata mientras se curiosean los diversos puestos.

Sin duda merece la pena la excursión de al menos un día a Railay, el paraíso para los escaladores. «Long-tail boats» salen frecuentemente desde el embarcadero de Krabi, el trayecto es barato (2 euros aprox) y dura 45 minutos.

Principiantes y expertos pueden disfrutar de las paredes de Railay, consideradas de las más bellas del mundo. Se alquila material, se organizan rutas y se dan clases de escalada para los primerizos. Igualmente, aunque no se escale, Railay ofrece cuatro preciosas playas y hermosas vistas. La más fotografiada y sin duda inolvidable, es la playa de Hat Phra Nang. En ella se encuentra la Cueva de la Princesa, santuario para pescaderos tanto budistas como musulmanes que piden al espíritu de la princesa india que murió en esta cueva buena pesca ofrendándole falos de madera.

De los lugares en Tailandia más turísticos y ruidosos que hemos visitado hasta ahora, este es Ko Phi Phi. Sinceramente, está repleto de veinteañeros europeos, estadounidenses y argentinos que buscan quemarse al sol durante el día, hacerse tatuajes y alcoholizarse de fiesta durante la noche. Pero eso no es todo y sería injusto quedarse sólo con esta idea. La isla es preciosa con sus abruptos acantilados y aguas celestes. Si se escoge un buen alojamiento alejado del bullicio nocturno (nosotros tuvimos la suerte, Phi Phi Cozy Seafront Resort ) Ko Phi Phi es perfecta para visitar las pequeñas islas de alrededor, relajarse al sol, hacer snorkel o kayak y si apetece, salir de fiesta loca por la playa.

Y por supuesto, desde aquí se visita la famosa playa de la película protagonizada por Leonardo diCaprio «The Beach», Maya Bay, que aún atestada de turistas, es hermosísima.

Otro lugar que recomendamos en Krabi como alojamiento y además como punto de relajamiento con posibilidad de múltiples actividades es el Bananas. Aislado en plena naturaleza, entre manglares con salida al mar, pero con todas las facilidades para moverse en grupo o por libre en moto, ha sido uno de nuestros sitios favoritos hasta el momento en Tailandia.

El ambiente de los bungalows es impresionante, con filosofía de camping, compartir, relacionarse y de conocer gente; desde allí hemos hecho excursiones en barco a diferentes islas, kayak y explorado los pueblos y atractivos turísticos de la zona con la moto.

Continuamos por Tailandia, nos vamos a bucear a Ko Tao!

Okinawa es diferente

Japón es un país que todo viajero debe visitar alguna vez en la vida. Es un país cuya cultura, historia, gastronomía y tradiciones no dejan indiferente a nadie. Japón nos encanta!

Pero, ¿y si hablamos de Okinawa?

La prefectura de Okinawa es la más meridional de Japón y comprende un grupo de 160 islas de las cuales sólo 44 están habitadas. Localizadas entre el mar de la China Oriental y el Océano Pacífico, al noreste de la isla de Taiwán, estas islas subtropicales sorprenden por su belleza y peculiaridades.

Okinawa posee una cultura y tradiciones diferentes a las del resto de Japón ya que antiguamente era un reino independiente.

¿Sabías que el idioma japonés que se habla actualmente allí es diferente al del resto de Japón ya que está influenciado por las lenguas ryukyuenses originales?

¿Sabías que Okinawa es el lugar de la Tierra donde habitan las personas más longevas?

¿Sabías que es allí donde se originó el karate?

Aquí dejamos una pequeña muestra de nuestro viaje a Okinawa y Tokyo. Esperamos que os hayamos contagiado un poquito nuestra pasión por este maravilloso país.