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Playas de sueño en El Nido y Corón

En Filipinas hemos encontrado lo que buscábamos: las mejores playas del mundo, en El Nido y Corón.

Con mucha paciencia con el transporte filipino, el tiempo y la comodidad no son sus prioridades, nos dirigimos desde Puerto Princesa hacia la costa norte de Palawan en furgoneta. Entre El Nido y Corón pasamos los días o mejor dicho semanas, cautivados por el entorno.

Triciclo filipino

Para llegar a Corón es posible hacerlo en ferry desde El Nido (6 horas), en ferry desde la capital de la isla de Palawan, Puerto Princesa, o en avión desde otras localizaciones de Filipinas. El término de «Corón» resulta un poco confuso cuando te das cuenta de que da nombre a un pueblo, a un municipio, a una isla y a una playa, todos cerca pero en diferentes localizaciones.  Las islas Bisayas son uno de los archipiélagos que, junto con Luzón Mindanao conforman el gran archipiélago de Filipinas. Dentro de las Bisayas occidentales se encuentran las Islas de Calamianes (pertenecientes a la provincia de Palawan). Las principales islas del grupo son Busuanga, Corón, Culion y Linapacán. Corón es un municipio que ocupa parte de la isla de Busuanga y toda la isla de Corón. Su pueblo principal, en Busuanga, se llama obviamente Corón. Es allí donde nos alojamos durante unos días y desde donde pudimos recorrer parte de la isla en moto, sus playas, sus cascadas, sus poblados y salir al mar en diferentes tours de island hopping.

Es muy fácil contratar los tours, habitualmente A, B, C y D son iguales en todas las agencias. Nosotros contratamos una banca o barco tradicional filipino con nuestros amigos Mónica y John y descubrimos durante todo el día unos rincones, playas, lagos e islas impresionantes. Visitamos la Laguna Azul y el Lago Kayangan, el lago Barracuda donde agua dulce y salada se fusionan con ascensos de la temperatura en zonas bajas (accesibles sólo mediante submarinismo) de hasta 40ºC. Nos relajamos en playas solitarias y disfrutamos haciendo snorkel en diferentes puntos de las islas, como en Siete Pecados, que es un pequeño santuario donde se concentran corales de todas las formas y colores con una extensa vida marina. También pudimos ver el más superficial de los barcos japoneses hundidos durante la Segunda Guerra Mundial, el Skeleton Wreck. De hecho, Corón es un conocido sitio de buceo debido a la cantidad de barcos japoneses hundidos durante la guerra que permanecen inertes acogiendo la vida del fondo del mar.

Otro día nos lo tomamos más de descanso y nos embarcamos en la banca para llegar a otras de las muchas playas paradisíacas de Filipinas, entre ellas la de Malcapuya o la de Banana, simplemente para tirarnos en la arena o pasear por la orilla.

De vuelta en ferry a El Nido, norte de la gran isla de Palawan, nos alojamos en unas cabañas a pie de la playa de Corong-Corong (alojamiento muy recomendable: Greenviews Resort). Desde allí, las vistas a la Bahía de Bacuit son espectaculares, sobre todo durante la puesta de sol.

La multitud de islas que salpican el horizonte (que conforman el archipiélago de Bacuit) pueden ser visitadas y es lo que hicimos esta vez con nuestros amigos Vir e Istar. Pasamos unos días inolvidables con ellos. Esta vez hicimos los tours A y C. Llegamos a varias lagunas en las que pudimos movernos con kayak y paramos varias veces en pequeñas playitas desiertas. También hicimos snorkel entre bancos de peces y vimos grandes serpientes de mar y tortugas. Único punto negativo de la zona son las medusas que en la época que hemos viajado aparecían por todas partes.

No pudimos marcharnos de El Nido sin lanzarnos de una isla a otra sobre el mar en la tirolina de 800 metros de largo. Vistas espectaculares a toda velocidad!

Zipline Las Cabañas, El Nido
Zipline Las Cabañas, El Nido

Aquí terminamos nuestro viaje en Filipinas para volar desde El Nido a Manila y desde allí ya otra vez al continente asiático.

Llegada a Filipinas: Puerto Princesa

Por el momento nuestra visita a Filipinas se ha limitado a la isla de Palawan. Hemos disfrutado en una única isla de las 7.107 totales que componen el archipiélago. Palawan es la mayor provincia del país, larga y estrecha, mide 50 km de ancho y 450 km de largo y en realidad está compuesta por la isla principal y otras islas menores que la rodean, entre ellas las Calamianes de las que hablaremos más adelante.

Palawan, Filipinas

Palawan son 2000 km de costa con 1.780 islas e islotes menores, cuevas, acantilados y miles de playas desiertas de arena blanca y agua cristalina; biodiversa, llama la atención que todavía mantenga la belleza y la simplicidad de lo que no ha sido corrompido por el turismo. Lo mismo pasa con sus gente. La mayoría viven de la agricultura y de la pesca en pequeños poblados que se suceden a lo largo de los caminos. Son tranquilos, sonrientes, amables, sinceros… parece que la mayoría de la población del sudeste asiático cumple alguna de estas cualidades, pero en el que caso de los filipinos, podemos asegurar que las cumplen todas.

Comenzamos el viaje filipino volando desde Kota Kinabalu (Borneo) a Manila para allí coger otro avión a Puerto Princesa, capital de Palawan. Nos alojamos en la casita de una pareja encantadora de filipinos que se desvivieron por ayudarnos (Butterfly Totem Guesthouse).

El atractivo principal de la zona es visitar una de las siete maravillas del mundo natural: el Parque Nacional del Río Subterráneo de Puerto Princesa. Selva y playa se unen para acoger la desembocadura del río subterráneo. Para entrar a la cueva es necesario hacerlo con permiso y con guía. Hay que llegar al pueblo de Sabang y desde allí se organizan barcos que por turno llevan a los visitantes a la entrada de la cueva. Una vez allí, se coge otro bote con guía para adentrarse en la inmensa cueva de más de 24 km de largo. La parte navegable desde el mar son 4.3 km, suficientes para asombrarse con las estalactitas y estalagmitas, con los millones de murciélagos y con las enormes cámaras, especialmente la Cámara de los Italianos con un volumen de 2.500 metros cuadrados!

Al final de la travesía nos topamos con el pueblo de fiesta celebrando el cumpleaños del parque natural.

 

Otra experiencia recomendable en Puerto Princesa es la travesía en barco de noche a través del río Iwahig. Pequeños botes de 3 personas se adentran en la oscuridad entre manglares para rápidamente romperla con el titilar en todas las direcciones de las luciérnagas, las estrellas y el plancton. Un momento espectacular que sentimos, por limitaciones técnicas, no poder haber fotografiado.

Observación de luciérnagas en el río Iwahig