Skip to main content

Escenarios de película: Barcelona

Barcelona es una ciudad apasionante. No nos cansamos de recorrerla y descubrir los secretos que sigue guardándonos. Cierto es que según qué lugares es difícil visitarlos en soledad, cada vez está más abarrotada de turistas; pero compartámosla y centrémonos en disfrutarla.

La puedes mirar con diferentes ojos, pero la mires desde donde la mires, sorprende. Hoy os proponemos mirarla desde un punto de vista cinematográfico. En sus calles han transcurrido muchas historias de ficción que se han trasladado a la gran pantalla. Aquí recorreremos algunas de las más conocidas. Escenarios de película: Barcelona.

El reportero («Professione: reporter»). Podemos ver a un joven Jack Nicholson recorriendo Las Ramblas para el aclamado director Michelangelo Antonioni. Thriller sobre un reportero investigando la corrupción en África, propone una reflexión al espectador sobre la soledad y la huída de uno mismo.

 

«El embrujo de Shangai» de Fernando Trueba, adaptación de la novela de Juan Marsé, nos da la oportunidad de sumergirnos en la posguerra española en Barcelona a través de los ojos de unos niños. Éstos, guiados por los cuentos de un amigo, imaginan un Shanghai idílico.

 

«Salvador Puig Antich» de Manuel Huerga. Avanzamos unos años en la historia para situarnos en el franquismo. Una versión de lo que fue la vida y muerte de Salvador Puig Antich anarquista y antifascista barcelonés que fue ejecutado en la vigente cárcel la Modelo.

 

«Barcelona»de Whit Stillman ofrece un retrato de la Barcelona postolímpica desde el punto de vista de dos yankis algo neuróticos. Cine indie que gustará a los nostálgicos.

 

«Todo sobre mi madre», ganadora en 1999 tanto del Óscar como del Globo de Oro, es una de las mejores películas de Pedro Almodóvar, curiosamente la primera en la que el director abandonó Madrid para rodar enteramente en Barcelona.

 

«En construcción» de José Luis Guerín, ganadora del Goya a la mejor película documental en 2001, describe a la perfección la transformación del barrio del Raval mediante las historias cotidianas y realistas de sus personajes.

 

Una casa de locos («L’auberge espagnole»). Cómo no, Barcelona es el paraíso para los Erasmus y podemos ver un ejemplo de su día a día en este film del francés Cédric Klapisch.

 

«En la ciudad»Cesc Gay nos presenta una Barcelona que puede resultar algo gris, así como sus personajes. En cualquier grupo de amigos pueden ocultarse secretos difíciles de confesar.

 

El perfume («Perfume: The Story of a Murderer») película franco-alemana del director Tom Tykwer basada en el best-seller de Patrick Süskind, sorprendentemente fue filmada entre Croacia y Catalunya. Barcelona, tan versátil, fue convertida durante el rodaje en la ciudad de París. El impactante mercado de pescado se situó en el barrio Gótico en la plaça de la Mercè, la tienda de perfumes en la plaça Reial, la mansión de la familia Richis en el Laberint d’Horta y la gran orgía fue filmada en el Poble Espanyol.

 

«Vicky Cristina Barcelona». Woody Allen recorre los lugares más emblemáticos de Barcelona a través de unas mujeres locas por Javier Bardem.

 

«Biutiful» de Alejandro González Iñarritu. Rodada entre Barcelona, Badalona y Santa Coloma, otra vez Javier Bardem protagoniza esta vez un film crudo y realista que muestra la Barcelona que no aparece en las guías turísticas.

 

Alejándonos todavía un poco más de la realidad, pero no por eso menos conmovedoras, en Barcelona se han rodado estupendas películas de cine fantástico y de terror.

El catalán Jaume Balagueró filmó en 1999 su ópera prima,  «Los sin nombre» en un hotel abandonado de la Ametlla del Vallès.

 

Años más tarde, en 2007, Balagueró junto con Paco Plaza reconvirtieron una finca del Eixample, en Rambla Catalunya 34 para ser más exactos, en el edificio de pesadilla de«Rec», primera de la aclamada saga.

 

El mismo año, en 2007, el mundialmente aplaudido barcelonés Juan Antonio Bayona hizo realidad su ópera prima «El orfanato». Los exteriores se rodaron en Llanes (Asturias) pero más del 80% de la película se filmó en Barcelona, en unos inmensos decorados de más de mil metros cuadrados que ocuparon completamente una enorme nave industrial. Allí se recrearon todas las estancias del orfanato así como la gran mayoría de interiores que aparecen a lo largo de la historia.

 

En 2011, otra vez en solitario, Balagueró filmó «Mientras duermes» en Barcelona, casualmente en otro edificio del Eixample. Un Luis Tosar conmovedor  mantiene el suspense de principio a fin de la película.

 

Faust: La venganza está en la sangre.»Faust: Love of the damned». Es curioso que Brian Yuzna rodara en Barcelona este film cuya trama original se sitúa enteramente en New York. De temática demoníaca ambientada con música heavy, es una película de serie B que no está dirigida para todos los públicos.

 

«Eva». El joven Kike Maíllo ganó en 2002 el Goya al mejor director Novel gracias a esta película futurista que gira en torno a la inteligencia artificial y a las emociones que ésta puede provocar. Rodada en dos idiomas, catalán y castellano, la mayor parte de la trama sucede en una acogedora casa entre montañas nevadas en Suiza. Los interiores de la casa y el laboratorio del protagonista Daniel Brül, sí que fueron rodados en Barcelona.

 

«Los últimos días» escrita y dirigida por los hermanos Alex y David Pastor nos muestra una Barcelona post-apocalíptica en la que reina el caos tras la propagación de un virus que causa pánico entre los infectados. Aunque no muy aclamada por la crítica ni el público, la visión de esta otra Barcelona resulta sorprendente.

Como amantes del cine fantástico y de terror que somos, y a las puertas del Sitges 2015, 48 Festival Internacional de Cinema Fantástic de Catalunya, os animamos a ver estos días alguna de las películas del último grupo.

Gastronomías del mundo: Túnez

Túnez es un pequeño país lleno de atractivos. Tranquilos y hospitalarios, los tunecinos han demostrado a lo largo de la historia que tienen un carácter fuerte y pacífico, que les ha permitido mantenerse abiertos al mundo a pesar de las adversidades.

País emocionante y subestimado, ofrece distintas culturas e increíbles contrastes paisajísticos que pueden explorarse en pocos días. Al norte destaca la costa mediterránea, con sus playas y plantaciones de olivos y cítricos. Aromas de jazmín y té a la menta acompañan suculentos platos de pescado fresco. Al sur, las arenas siempre mágicas del Sáhara se extienden profundamente hacia el interior de África y se conservan las tradiciones y costumbres de los beréberes.

Siendo un país tan rico en contrastes, Túnez posee una excelente gastronomía. Cuando lo visites, no puedes perderte los siguientes 5 platos:

1. Cuscús tunecino
Porque cada país del Magreb tiene su propio estilo para preparar el cuscús no debes perderte el plato estrella de Túnez.

2. Ensalada tunecina (mechuiya)
Fresca y totalmente mediterránea, es el acompañamiento ideal para cualquier plato.

3. Harissa
Condimento picante por excelencia del país. Los tunecinos se sienten tan orgullosos de su pasta picante de pimiento que se atreven a tomarla con cualquier comida. Si pides un bocadillo acuérdate de insistir en que te pongan poco picante!

4. Brick
Especie de empanadilla ligera de pasta fina y crujiente, lo sirven relleno de varios ingredientes pero siempre presente el huevo. Por supuesto hay que comerlo con la mano, es todo un reto terminarlo sin que se derrame ni una gota de la yema.

5. Ojja con merguez
Deliciosa forma de tomar la típica salchicha merguez en un guiso con verduras.

 

 

Inolvidable Taj Mahal

India es un país especial. De una manera u otra marca un antes y un después en la trayectoria de todo viajero. Lo he visitado en dos ocasiones y no me cansaré de volver. Son muchísimas las anécdotas y experiencias que periódicamente me vienen a la memoria. Algunas de ellas las plasmaré en la pantalla.

Diciembre 2014. Haciendo balance de sensaciones, segundo día en India, ambos nos dimos cuenta de que la evolución fue rápida y positiva. El día previo fue de pesadilla. Nos sentimos estafados por todo hindú que se nos acercó en Delhi. Fue toda una odisea pagar un precio justo por el primer taxi, que precisamente no nos dejó donde le pedimos. Parece que habían montado todos un complot para que no consiguiéramos un billete de tren para Agra. Nos mandaron a diferentes oficinas donde nos ofrecían todo tipo de transporte privado. Finalmente, conseguimos nuestros pasajes y nos relajamos en el tren.

Ya en Agra, supimos evitar a los estafadores y comenzamos a disfrutar del país. También está claro que todo se percibe mejor después de un sueño reparador, pueden ser las 8 horas mejor dormidas en mi vida. El hotel Sidharta es sencillo pero dormimos genial, a pesar de no haber sábanas suficientes para los dos y a pesar de los inesperados mosquitos invernales. No tan genial fue cuando descubrimos que el agua caliente allí difería poco de la fría.

Después de madrugar, terminamos desayunando de forma accidental pero placentera en el Joney’s Place, también en la zona del Taj. Típico lugar querido por las guías, la verdad es que nos ofrecieron un desayuno muy correcto en un espacio colorido y alegre; muy acertado.

Ya estábamos preparados para cumplir nuestra primera misión del viaje: deslumbrarnos (figurada y literalmente) con el maravilloso Taj Mahal. Faltan palabras para describirlo, creo que en este caso especial son más adecuadas las imágenes que las palabras.

Satisfechos, de vuelta en la estación de tren, no tuvimos «casi» problemas para conseguir nuestros billetes a Jaipur. Como disponíamos de 6 horas libres fue fácil decidir que más visitar en Agra, el contiguo fuerte.

Comimos en la zona comercial del Bazar Sadar ricas y picantes especialidades del sur para después conseguir fácilmente un rickshaw que nos llevara a la estación de tren. Ya cuando nos disponíamos a pagar al conductor, en la entrada, ocurrió algo que probablemente no olvidaremos jamás. Nosotros que ya nos estábamos acostumbrando al caótico y temerario tráfico de los hindús, no estábamos ni estaremos nunca preparados para asimilar lo sucedido a continuación. Una moto y un rickshaw chocaron de forma accidental, muy suave, y en cuestión de segundos, vimos al motorista apuntar con un revólver al conductor del tuc-tuc. No escuchamos discusión ni gritos, simplemente siguió apuntándolo con el arma hasta la retirada y huída sumisa del vehículo. Pasividad absoluta entre los testigos, pagamos y entramos en la estación para emprender nuestro viaje a Jaipur.

 

De ostras por New York

Antes de nada, ¿te gustan las ostras?

Si tu respuesta es que sí, tienes que conocer la última moda, sobre todo porque es posible comerlas sin dejarte los ahorros en el intento.

Si tu respuesta es que no, dales otra oportunidad.

Esta primavera hicimos una escapada corta a New York. Visitamos lo típico, edificios, parques y teatros; recorrimos durante horas las calles de la Gran Manzana y disfrutamos al máximo de la ciudad que nunca duerme. Todo en esta ciudad debería medirse con otra escala, las calles, edificios, coches y raciones son enormes. Resulta una ciudad abierta, cosmopolita, rebosante de vida pero a la vez abrumadora en algunos momentos. Antes o después, hay que visitarla.

Tuvimos la suerte de reunirnos allí con neoyorquinos y nos dejamos guiar y sorprender por ellos. Fue un domingo por la mañana que nos propusieron acercarnos a Brooklyn para hacer brunch. Tomamos un ferry hacia Williamsburg y nos adentramos en las calles de este atractivo barrio. Repleto de locales de moda, galerías de arte, bohemios, artistas y modernos con poder adquisitivo es como mínimo un barrio interesante. Hay que decirlo, con mucho hipster y mucho postureo.

Nos dirigieron directos al Maison Premiere, un local acogedor que busca transportar al visitante a los años 50, a un oasis en la gran metrópoli con un personal simpático y amable. Lugar conocido por poseer la carta de absenta más amplia de New York, ofrece también una gran selección de cervezas y cocktails. Pero la especialidad de la casa y a por lo que fuimos nosotros fueron las ostras. Con una carta de más de 30 tipos de ostras diferentes, ordenadas por variedades y costa de origen, este lugar nos hizo las delicias aquella mañana, en todos los sentidos de la palabra. Lo mejor de todo fue, que acompañados por nuestros amigos, llegamos en horario de «Happy Hour» (sábados y domingos de 11h a 13h), por lo que tuvimos 2 horas para degustar diferentes tipos de este bivalvo por 1 euro cada uno aproximadamente.

La verdad que después de esta degustación, nos dimos cuenta de que el tema de las ostras es todo un mundo.

Hoy en día la mayoría se cultivan en criaderos, con lo que el precio resulta algo más asequible. Entre ellas se diferencian por la raza, la variedad, la técnica de cultivo y de maduración, la zona donde viven y de qué se alimentan, ya que el plancton que consumen les da diferente sabor. Existen 2 grandes tipos, las planas y las cóncavas, con diferentes subtipos entre ellas.

Las más valoradas son las Edulis o las planas, que son las tradicionales francesas y las que se encuentran también en las costas gallegas. Entre las planas, se encuentran asimismo las irlandesas de Galway, ideales para tomar con una buena cerveza negra o con una cerveza stout especialmente ideada para maridar con ostras.

La más extendida en Europa es la ostra japonesa o gigas que es cóncava. En América, también predominan las concávas, algunas de ellas exquisitas, como las canadienses Malpeque de Prince Edward Island o las «ostras de hielo» de New Brunswick, criadas en condiciones extremas. En la costa pacífica de Norteamérica destacan las de la bahía de Willapa, al norte de Oregón. Escasísimas son las Kumamoto, de origen japonés, que crecen hoy principalmente en California.

A la hora de degustarlas, se tienen en cuenta el calibre de la pieza (de 0 a 5), la textura, la carnosidad, la acuosidad y el sabor con todos sus matices. A veces se sirven acompañadas de salsas, licores o limón, pero como realmente se saborea y se disfruta este suculento marisco, es fresco y crudo, sin aderezo alguno. ¿Te apetecen?